Equipos de resonancia magnética



La informática en la resonancia magnética

Lo primero que hace el complejo de computadoras que forma parte de un equipo de resonancia magnética es transformar las ondas de amplitud modulada en información digital.

Son los programas que corren en la computadora del control de mando los que interpretan esta información y la transforman en imágenes de alta definición, y en este punto, el grado de manipulación es sorprendente pues existe la posibilidad de destacar cualquier estructura, vascular o nerviosa, por ejemplo, sobre tejidos circundantes y agregarles el color que nos parezca conveniente para resaltarlas.

También permite hacer reconstrucciones en tercera dimensión, rotarlas y hasta seccionarlas en tantas partes como necesitemos. Esto es muy útil en la planeación de la estrategia de una cirugía

La información obtenida se almacena en cintas magnéticas a partir de las cuales se seleccionan las imágenes (8 ó 10) del área que se está estudiando, se imprimen y se interpretan por el médico especialista para entregar los resultados al médico tratante.

¿Dónde, cómo y cuándo surgió?

En 1945, en la Universidad de Stanford, los primeros experimentos de resonancia magnética con líquidos fueron realizados por Félix Bloch y sus asociados. En 1946, en la Universidad de Harvard, tuvieron lugar las primeras pruebas con objetos sólidos, a cargo de Edward Pucell. Ambos investigadores compartieron el Premio Nobel, en 1952, por sus trabajos.

En sus primeras etapas, la resonancia magnética se utilizó, primordialmente, en la espectroscopía una ciencia que trata sobre la energía que se transporta entre diferentes masas ante los fenómenos llamados cambios químicos. Cuando los investigadores se dieron cuenta de que un núcleo atómico cambiaba su resonancia (la energía que emite) en diferentes entornos, la resonancia magnética se convirtió en una poderosa herramienta analítica.

En 1967, el primero en aplicar los descubrimientos de la espectroscopía en organismos vivos fue Jasper Jackson. Hacia 1972, en la Universidad Estatal de Nueva York, Paul Laterbur probó que era posible utilizar estos hallazgos para producir imágenes. Este científico logró, inicialmente, crear una imagen de los protones en una muestra de agua. Después, obtuvo reproducciones de limones, pimientos, animales y, finalmente, ¡seres humanos vivos!.

Electromagnetismo del equipo

Además de afectar la carga positiva de los protones, cambiándola a negativa; el electromagnetismo también genera una gran cantidad de calor, por lo cual estos aparatos cuentan con sistemas refrigerantes.

Para que tengas una idea de la cantidad de energía que circula en un sistema de resonancia magnética, piensa que la fuerza electromagnética de estos aparatos se mide en gausses y teslas. El gauss equivale al poder de la gravedad en la Tierra y un tesla, a 10 mil gausses ó 10 mil veces el campo electromagnético terrestre.

El equipo se encuentra dentro de un cuarto forrado de cobre en su interior para evitar la interferencia de cualquier onda de radio frecuencia que pudiera llegar del exterior. A esto se le conoce como Jaula de Faraday.

El magneto, que es el corazón del sistema, está encerrado en un cubo de plástico. No se permiten materiales ferrosos, porque la gran fuerza de atracción podría ocasionar accidentes. Estos magnetos generan un campo magnético estático que polariza o cambia el valor de las cargas de los protones del cuerpo. Estos componentes del átomo, cambian, entonces, su valor de positivo a negativo; cuando el efecto del imán cesa, los protones regresan a la normalidad y desprenden una energía que es captada por antenas, que envían estos datos a las computadoras para que las analicen y organicen en imágenes.

Para que el imán súper conductor no se caliente, pues el proceso sube la temperatura a +269° centígrados, el magneto se forra con hilo súper refrigerado, el cual enfría el sistema a –269° centígrados, para lograr contrarrestar el calor y brindar una temperatura normal al paciente.

La refrigeración se logra introduciendo en tuberías especiales substancias refrigerantes conocidas como criogénicos; éstos pueden ser helio o nitrógeno líquidos, de manera similar al sistema del refrigerador en tu casa.