Urografía



La urografía es una prueba diagnóstica que utiliza los rayos X, con la que es posible estudiar los riñones y resto de órganos implicados en la excreción de la orina (vejiga, uréteres,..). Para ello se inyecta en la vena una sustancia de contraste especial, densa y opaca a los rayos X, que se elimina por la orina y permite describir el tamaño y forma de estos órganos, así como descubrir cualquier tipo de anomalía anatómica o funcional existente a estos niveles.

También suele llamarse urografía intravenosa (UIV) o pielografía. Existen dos técnicas que son variantes de la urografía intravenosa indicada previamente y que se realiza por otras vías diferentes a la vena, por el conducto excretor de la uretra o mediante inyección directa en la pelvis renal:

Urografía retrógrada: Consiste en la introducción de un catéter a través de la uretra hasta el uréter y la inyección a ese nivel del medio de contraste radiológico, para visualizar los uréteres y las pelvis renales. Es un procedimiento semiquirúrgico, con gran riesgo de producir una infección urinaria.

Sus indicaciones son investigar lesiones en la vía de eliminación renal que no son visibles adecuadamente con una UIV. Sin embargo, como actualmente se ha mejorado mucho la calidad de las imágenes obtenidas por urografía, ha disminuido mucho la utilización de esta técnica en la práctica clínica.

Urografía anterógrada: Bajo control ecográfico se punciona directamente la pelvis renal; en primer lugar se extrae una muestra de orina para analizar y después se inyecta el contraste radiológico. Se obtiene una visualización muy buena de todo el sistema colector.

Está indicado en niños, por las dificultades de realización de una urografía retrógrada, en el estudio de pacientes con infecciones de orina u obstrucciones en los que está contraindicada la urografía retrógrada y en el estudio de un riñón no funcionante donde el contraste intravenoso no será filtrado adecuadamente por el riñón afectado.

Procedimiento

Primero se le hace al paciente unas radiografías sin contraste de los riñones y del área de la vejiga. Seguidamente se tumba en una mesa de rayos X y se le inyecta por una vena la sustancia de contraste radiológico, la cual permitirá ver las distintas estructuras del aparato urinario.

El contraste circulará por la sangre hasta los riñones, rellenará el sistema colector del riñón y pasará por los tubos principales (uréteres) hacia la vejiga. En estos momentos es cuando se obtienen radiografías sucesivas para seguir el curso del contraste (normalmente cada 5 minutos, después cada 20 minutos, y una última radiografía tras vaciar la vejiga). Pueden ser necesarias radiografías adicionales para demostrar claramente el punto de obstrucción o cuando se detecte cualquier anomalía.

A veces se coloca un dispositivo en la parte baja del abdomen para realizar compresión, que no es doloroso y que permite obtener imágenes de buena calidad de los riñones.

La exploración dura normalmente de 20-30 minutos.

Indicaciones

En la práctica clínica la urografía puede estar indicada en distintas patologías relacionadas con el aparato urinario. Estas son:

Sospecha de cálculos renales.

Ante la presencia de sangre en la orina.

Sospecha de obstrucción urinaria.

Sospecha de anomalías congénitas en los órganos urinarios.

Para el estudio de la función renal.

Evaluar el origen de infecciones de orina de repetición.

En el estudio de la incontinencia urinaria.

Ante la sospecha de tumores renales o de las vías urinarias.

Instrucciones y cuidados

Previo a la prueba suele prescribirse laxantes o enemas que ayuden a vaciar el intestino, pues es conveniente que vaya vacío de heces para la realización de la prueba. Si está lleno puede ocultar las imágenes radiológicas e interferir en un correcto diagnóstico.

Se aconseja que el paciente no coma en las 4-6 horas previas a la exploración, y en las 48 horas anteriores se le indica que debe ingerir una dieta pobre en residuos (fibra) y abundante en líquidos.

El paciente debe firmar un consentimiento informado antes de la realización de la prueba, donde se explica en que consiste la prueba, como es el procedimiento, sus ventajas y sus riesgos.

Posteriormente a la prueba se recomienda que el paciente beba mucha agua para ayudar a eliminar completamente del cuerpo la sustancia de contraste. No necesita otros cuidados especiales tras este procedimiento.

Riesgos y complicaciones

Pueden aparecer molestias en la zona del pinchazo donde se ha inyectado el contraste. Igualmente cuando se le inyecta el contraste puede notar calor en la cara o generalizado por el cuerpo. También hay personas que experimentan nauseas, vómitos, o dolor de cabeza durante la exploración.

Contraindicaciones

Esta prueba está contraindicada en los pacientes alérgicos a los contrastes yodados y otros tipos de contrastes.

Se recomienda a las mujeres embarazadas que no se realicen una UIV, a menos que los beneficios potenciales de la misma compensen los riesgos para el feto.
Todo paciente con enfermedad seria de hígado, riñón, corazón o pulmón debe recibir instrucciones específicas de un especialista antes de someterse a la prueba. Igualmente no se recomienda su realización en pacientes con deshidratación grave o en situación de shock.