Laringoscopia



Se conoce como laringoscopia a la técnica diagnóstica que nos permite la visualización de la laringe y su aparato fonatorio.

Existen varias técnicas para realizar este procedimiento diagnóstico:

Laringoscopia Indirecta (Refleja).
Laringoscopia Directa.
Endoscopia.

En los siguientes párrafos vamos a explicar en que consiste cada una de ellas y que posibilidades ofrecen al médico que las realiza.


Laringoscopia indirecta (refleja)

Este es el procedimiento más antiguo y básico de los utilizados para la exploración de esta región anatómica. En la actualidad está siendo sustituida con frecuencia por otras técnicas más avanzadas.

La técnica es bastante sencilla y consiste en colocar un espejillo redondo (espejillo laríngeo) apoyado suavemente sobre la úvula o campanilla. Cuando este espejo es iluminado adecuadamente somos capaces de ver una imagen reflejada de la laringe.

Esta técnica fue ideada en el siglo pasado por un profesor de canto español, Don Manuel García. Su intención era estudiar la función de las cuerdas vocales en la voz cantada. Con posterioridad fue introducida como técnica médica y empleada en todo el mundo hasta nuestros días.

Mediante esta técnica el médico puede inspeccionar la laringe en varias posiciones: actitud respiratoria y actitud fonatoria. La primera es sin que el paciente haga nada salvo respirar, en este caso las cuerdas vocales están abiertas, que es su estado habitual. Para observarlas en posición fonatoria se dice al paciente que pronuncie la "E" observando el profesional como las cuerdas se cierran y vibran, de esta forma no sólo es útil para ver lesiones anatómicas (nódulos, tumoraciones) sino también para comprobar el funcionamiento del aparato fonatorio (parálisis de cuerda vocal).

La principal dificultad que puede surgir en la realización de una laringoscopia indirecta es la aparición de nauseas secundarias a la introducción del espejillo en la faringe. Este hecho se subsana habitualmente con el uso de anestésicos tópicos en spray pero a pesar de los mismos se precisa la colaboración del paciente para obtener los resultados deseados. De no ser así, será necesario recurrir a otras técnicas exploratorias.


Laringoscopia directa
La laringoscopia directa es una técnica introducida en la práctica clínica hace más de un siglo. Concretamente su uso fue iniciado por Kirstein en 1895. Consiste en la observación directa de la laringe. Recordemos que en la técnica anterior observábamos una imagen reflejada de la misma a través de un espejillo.

En el pasado era una técnica rutinaria empleada para explorar la laringe a los niños y más raramente a los adultos.

Para realizar una laringoscopia directa el profesional debe colocarse en la cabecera de la mesa de exploración. La cabeza del paciente debe situarse en una postura concreta que corrija el ángulo recto que forman cabeza y cuello. Una vez lograda esta posición se procede a introducir el laringoscopio y se mira a su través. La imagen que se ve es directa, existiendo una sensación de profundidad real lo que facilita las maniobras que, sobre esta estructura anatómica, tengamos que realizar.

Para facilitar la exploración y poder mantener el laringoscopio en la posición correcta se introdujeron múltiples avances a lo largo de los años: "laringoscopia autostática", por "suspensión" y finalmente en los años 60 "la microlaringoscopia".

Esta última, la microlaringoscopia, introduce la intubación anestésica y el microscopio de exploración-cirugía.

La laringoscopia se lleva a cabo con anestesia general.

Lo más importante de la microlaringoscopia es que permite realizar la microcirugía de laringe, mediante la cual se pueden tratar de forma rápida y segura procesos menores o realizar exploraciones precisas que son difíciles mediante otros métodos. Así mismo, con esta técnica se pueden operar hoy día algunos tumores laríngeos con lasser , resecándolos en su totalidad, sin necesidad de incisiones ni cicatrices externas en el cuello, lo que acelera la recuperación del paciente.

En conclusión podemos decir que no sólo es una técnica diagnóstica, es también una técnica terapéutica.

Sus contraindicaciones son las que se establecen para los procedimientos anestésicos o en algunos casos por la patología que presente el paciente como pueden ser grandes masas tumorales que producen dificultad respiratoria aguda y en los que la realización de la prueba conlleva un elevado riesgo de asfixia. Ciertas alteraciones en la columna vertebral o de la articulación temporo-mandibular también pueden contraindicar la técnica.

Ciertas condiciones del paciente como la obesidad, el cuello corto o tener una lengua grande pueden dificultar la exploración y empobrecer los resultados de la misma.


Endoscopia Lagíngea
Hablaremos de la fibroscopia o endoscopia flexible. Esta técnica supone un gran avance exploratorio dentro de la otorrinolaringología, ya que se realiza en la propia consulta, sin precisar preparación alguna (como ayunas o sedación).

Consiste en un tubo flexible de fibra óptica autoiluminado que se introduce por las fosas nasales y llega hasta la laringe. La extremidad del fibroscopio se puede orientar y doblar a voluntad lo que permite llegar a visualizar los rincones más recónditos de la laringe. Al igual que en la laringoscopia directa la imagen obtenida es real y permite la realización de maniobras diagnósticas y terapéuticas.

Hoy en día la fibroscopia ha sustituido tanto a la laringoscopia indirecta como a la directa en la mayoría de los procedimientos diagnósticos dada su comodidad de uso tanto para el profesional como para el paciente.

Suele ir acompañado de cámara de video y monitor así como de cámara de fotografía instantánea tipo polaroid, lo que permite visualizar la exploración a los ayudantes y al propio paciente.